El consejero de Sostenibilidad, Medioambiente y Economía Azul, Ramón Fernández-Pacheco, ha indicado que la causa más probable de la aparición de cientos de peces muertos el pasado 20 de enero en la desembocadura del río Guadalhorce, en Málaga, fue la falta de oxígeno -más concretamente, la anoxia– provocada por la acumulación de sedimentos que dejó el fuerte temporal que sufrió la capital de la provincia entre el 19 y el 21 del pasado mes.
En respuesta al parlamentaria de Vox, José María Ortell, que le ha preguntado en comisión sobre las causas de este incidente –así como las medidas preparadas por la Junta para evitar un nuevo suceso en este sentido- el consejero ha destacado que la anoxia es el motivo apuntado por el Centro de Análisis y Diagnóstico de la Fauna Silvestre (CAD) como explicación de la muerte de estos peces.
Sin embargo, Ortell ha reaccionado negativamente al entender que esta respuesta «no nos deja tranquilos, y supongo que a los vecinos de Málaga tampoco». En esta línea, el diputado ha criticado que «hace siete años», cuando gobernaba el PP la ciudad, «pasó algo parecido». «Parece ser que aquello fue producido por algunos residuos que tienen ustedes allí, ¿no? Eso es lo que tengo entendido por los vecinos que nos lo han dicho», ha afirmado Ortell. Al respecto, el parlamentario ha pedido una explicación de este acontecimiento «específica y real», recalcando que la «causa probable no nos vale». «Los vecinos nos hablan de que las obras de ejecución de la depuradora de Málaga Norte todavía no se ha realizado, una infraestuctura urgente para que los vecinos se puedan bañar tranquilos en la playa», ha apostillado Ortell.
Fernández-Pacheco, que ha lanzado «un mensaje de tranquilidad a todos los vecinos de Málaga», ha señalado que el responsable del desastre natural fue «el temporal que hubo entre el 19 y el 21 de enero en la ciudad de Málaga que hizo que los peces accedieran al curso final del río en su desembocadura y, a la vez, que se produjera un arrastre de arenas, provocando una barrera».
Este efecto, junto «al bajo nivel del río Guadalhorce», ha proseguido el consejero, «provocó un efecto balsa que imposibilitó la salida de los peces cuando tras el temporal llegó la calma al mar». «En el análisis, mediante cromatografía en capa fina, no se han detectado plaguicidas y la causa más probable, según esos primeros análisis, es la falta de oxígeno, si bien se están analizando los datos tomados en la agua», ha afirmado el titular de Medioambiente.
Asimismo, ha señalado que, cuando descubrió lo ocurrido en la desembocadura del río Guadalhorce, «se personaron los agentes de medio ambiente, que emitieron informes en coordinación con el Seprona, con la Fuerza y Cuerpos de Seguridad del Estado, la Guardia Civil y con el Ayuntamiento de Málaga». Ha aclarado que desde la Consejería «están realizando un trabajo en la desembocadura del río para la mejora de los humedales, con el fin de garantizar un canal hacia el mar». De hecho, ha resaltado que el sábado 20 de enero «se realizó una actuación urgente con la participación, otra vez, de la Administración General del Estado a través de Tragsa, que consistió en excavar una zanja para posibilitar ese canal de agua y para recoger los peces muertos».
En esta línea, el consejero ha recordado que van a «duplicar la superficie de las 83 hectáreas actuales a 149, incorporando los terrenos de titularidad pública ubicados en el monte del río Guadalhorce». «Vamos a declarar el paraje del Guadalhorce zona de especial protección para las aves, zona cepa, y formará parte de la red ecológica europea Natura 2000», ha agregado Fernández-Pacheco, quien ha detallado que todas estas acciones «están enmarcadas en el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales de la Desembocadura del Guadalhorce, que se elevará a Consejo de Gobierno una vez que concluyan esos trámites mediante decreto».
De este modo, ha destacado el consejero, están haciendo «todo lo posible por preservar los valores ecológicos de esa zona de Málaga» y «se va a actuar para que sucesos como este no vuelvan a ocurrir», aunque apostilla que «son fenómenos naturales que tampoco podemos prever».